En la música todos los sentimientos vuelven a su estado puro y el mundo no es sino música hecha realidad.
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Arthur Schopenhauer (1788-1860)

lunes, 11 de mayo de 2009

Una historia detrás de los conciertos de Brandenburgo

Puerta de Brandenburgo

Muchas veces es un misterio la manera en que algunas obras adquieren sus apodos. Nadie sabe con certeza, por ejemplo de dónde provienen los nombres de la Sinfonía Júpiter de Mozart o el concierto El Emperador de Beethoven. Varias obras llevan nombres de personas. 
El Kreutzer de la Sonata para violín  de Beethoven era un violinista, mientras que el Waldstein de su Sonata para piano era un noble.

Las variaciones Goldberg de Bach fueron encargadas por el conde Von Kayserling para ayudarle a curar su insomnio, pero la pieza no se conoce como las Variaciones Kayserling. Goldberg era el sufrido clavecinista que interpretaba esas variaciones, noche tras noche, para que el conde pueda conciliar el sueño.

Los conciertos de Brandemburgueses, también han sido designados con el nombre de una persona: Christian Ludwig, Markgraf de Brandenburgo (imagen a la izquierda).

Resulta irónico que la historia haya bautizado a esta música con el nombre de Brandemburgueses, puesto que a Christian Ludwig no le interesaba. Sin embargo, si todavía se recuerda al tal príncipe es sólo por estos conciertos.

Los conciertos de Brandenburgo fueron compuestos mientras Bach trabajaba en la corte del príncipe Leopoldo de Anhalt-Cöthen.

Mientras el compositor permaneció allí, su producción consistió principalmente en obras instrumentales.

En 1718, mientras Bach estaba en Berlín para encargar un nuevo clavecín, conoció al markfraf  de Brandenburgo.

Christian Ludwig cultivaba sus relaciones con muchos músicos, y coleccionaba partituras, especialmente de conciertos.

Escuchó tocar a Bach y, más tarde, menciono en tono casual que estaba interesado en una serie de conciertos.

Pronto el Markfraf olvidó su petición y sin duda se sorprendió cuando, dos años más tarde, recibió una partitura bellamente autografiada de Seis conciertos para diversos instrumentos.

Bach se consideraba a sí mismo como un humilde servidor; la era del artista como genio independiente aún no había llegado.

Al Markfraf de Brandenburgo, Christian Ludwig, los conciertos no le parecieron lo suficientemente buenos como para incluirlos en el catálogo de su biblioteca, que de hecho, comprendía casi doscientos conciertos de otros compositores.

El manuscrito de Bach pasó desapercibido hasta 1734, año en que fue vendido por una pequeña suma de dinero después de la muerte del Markgraf.

La instrumentación es diferente en cada concierto, pero en todos los casos el conjunto era demasiado grande para los músicos de Brandenburgo.

Sin embargo, cada pieza se adecuaba perfectamente a los recursos disponibles en Cöthen, quizá los conciertos fueron compuestos para ser utilizados en la corte de Leopoldo y que posteriormente fueron dedicados a Christian Ludwig.

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