La intención de Händel era la de realizar la visión apologética del libretista de esta obra.
En efecto “El Mesías” es una creación de Charles Jennes (1700-1773) cultivado y erudito, hijo de un propietario rural cuya familia había enriquecido gracias al comercio del hierro.
Jennes era un ferviente admirador de la música de Händel, quien para el año 1739 había logrado un importante éxito con su oratorio, “Saúl”, cuyo libreto escrito por el mismo Jennes se había basado en textos bíblicos.
Jennes entregó fondos para cursos de catecismo y legados destinados a la Sociedad para la propagación de la fe en tierras extranjeras.
Había tomado en serio las palabras bíblicas que luego incluiría en el libreto de El Mesías.
“El Señor dio su palabra: se escuchaban las plegarias de una multitud incontable. Su voz se hizo escuchar en toda la tierra y su palabra llega a los confines del mundo”.
Como muchos cristianos de su época Jennes estaba conmovido por el desarrollo del libre pensamiento y el desprecio del dogma.
La revelación cristiana era discutida y El Mesías fue la ocasión de defender el mensaje central de la enseñanza cristiana: Jesús es el Redentor a través del cual Dios se ha revelado.
Además de el oratorio que escuchamos ésta tarde, se hicieron centenares de defensas de la enseñanza cristiana pero “El Mesías” fue la obra que perduró a través del tiempo, porque Jennes tuvo la idea de recurrir a esta sublime música de Händel para realzar los preceptos de la fe cristiana.
En efecto “El Mesías” es una proclamación del dogma cristiano, desde la promesa del bienestar de la humanidad hasta el triunfo universal del cristianismo.
Tuvo el acierto Jennes de presentar la vida y la obra de Cristo casi exclusivamente a través de alusiones bíblicas, en especial las profecías, tomando frases y palabras que formaban parte del culto común y así serían fácilmente reconocidas.
Jennes consideró que la fe cristiana reposaba en la correspondencia entre las profecías y los hechos de la vida de Cristo.
Así en lugar de redescribir todo el proceso de la pasión de Cristo, colocó el versículo “Por sus heridas hemos sido sanados”
En “El Mesías”, la maestría formal y técnica de Händel se adapta al sublime tema de la manera más grande y eficaz.
El coro final es un ejemplo en el que toda la música esta puesta en una sola palabra. Amén, combinando contrastes instrumentales y vocales, armónicos y polifónicos, contrapuntísticos y homofónicos alrededor de una melodía que parece extenderse hasta el infinito.
Ya sea el oyente consciente o no de ésta técnica, el efecto es emocional.
Se puede considerar que en “El Mesías”, la pintura de las palabras las hace más poderosas, pues son simbólicas. Palabras y música forman un conjunto que constituye una vía luminosa hacia la verdad.
Ramiro Dávila G.
No hay comentarios:
Publicar un comentario