Camargo Guarnieri (1907-1993) es universalmente reconocido como el más importante compositor brasileño después de Villa-Lobos.
Su impacto en la vida musical de Brasil, como compositor, maestro y director, difícilmente se puede subestimar.
Guarnieri influenció a una nueva generación de compositores nacionalistas para los que el uso de materiales folclóricos no era tanto una premisa de composición, tal como lo había sido a principios del siglo XX, sino más bien una fuente adicional de material que pudiera ser libremente combinado con elementos procedentes de otras músicas tradicionales.
Estos elementos procededen de otras tradiciones musicales.
Su nuevo aporte brindado por su trabajo le dio una brisa de universalidad de color por lo regional, que sigue siendo muy atractivo para la audiencia extranjera.
Nadie había logrado esta equilibrada combinación de materiales con una mayor sensibilidad, la inspiración, virtuosismo y composición que Guarnieri y, sin embargo, el aspecto más sorprendente de su estética nacionalista fue que él eludido citar a cualquier melodía tradicional (como Villa-Lobos y muchos contemporáneos de Guarnieri hicieron), prefiriendo en lugar de evocar los ritmos, melodías y sonoridades que caracterizan a la música brasileña hacerlo a través de un material completamente imaginado.
El nacionalismo de Guarnieri se entiende mejor en el contexto más amplio de la estética del pluralismo que caracterizó la segunda mitad del siglo XX, cuando el nacionalismo ya no era un recurso etiquetado para algunas culturas musicales como periféricas o exóticas.
La personalidad musical de Guarnieri da la inmediata impresión, como Copland mismo había mencionado,una oportunidad de experimentar.
En 1941, tras un largo viaje por América del Sur, Copland reflexionó sobre su experiencia y su exposición a las tendencias musicales del momento en el continente.
Fue sorprendido con la diversidad de tradiciones musicales en Brasil, y su descubrimiento de un arte floreciente dentro de la cultura musical fue, sin duda, sorprendente para él.
Entre los compositores con quienes se reunió, fue Guarnieri, a quien evaluó en muy buenos términos.
“Guarnieri es el talento más emocionante de los Compositores de América Latina. Él posee todas las credenciales necesarias, así como una impecable técnica de composición, una fértil imaginación, y una personalidad poco común ... Sus obras son más orgánicamente integradas que los de Villa-Lobos, sin ser menos un reflejo de las tradiciones brasileñas. Pero lo que más me gusta acerca de su música es su expresión emocional saludable. Él es el músico más auténtico del continente.”
La misma autenticidad que señaló Copland ha sido sugerida a menudo por varios estudiosos y críticos, que elogiaron a Guarnieri como uno de los más finos y sofisticados intérpretes del alma brasileña.
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