La Pasión del Evangelio según San Mateo ya era declamada en siglo cuarto durante la Semana Santa, probablemente como una recitación.
Desde el siglo 11 los diferentes papeles eran asignados entre los actores o entre los sacerdotes durante la ceremonia.
Gradualmente evolucionó de la recitación al canto llano bajo la forma del canto gregoriano, con una sola voz. Este recitado llevó a la polifonía.
Posteriormente, Lutero uso el alemán en lugar del latín y asigno papeles al coro de la parroquia.
Johan Walter, amigo de Lutero, compuso la primera Pasión protestante alemana, según el texto de S. Mateo en 1530. Posteriormente, se añadió un introito y una conclusión final.
Heinrich Schutz presentó sus Pasiones, sin instrumentos musicales pues estos no eran aceptados durante la Semana Santa. Probablemente, por esta razón, Schutz evitó también su uso.
Desarrolló una forma particular de recitativo, una forma declamativa, una especie de sprechgesang.
En su Pasión Según San Mateo, Schutz demuestra sus cualidades de hábil dramaturgo. Trata las palabras de una manera realista y desarrolla la acción dramáticamente. Luego de su muerte sus Pasiones cayeron en el olvido.
Philip Spitta publicó entonces hacia 1885 una edición, estimulando su lectura, convirtiéndose el mismo en un famoso intérprete del papel del Evangelista.
Igualmente en otros oratorios el rol del narrador es realizado como canto llano. En el prefacio de su obra, la Resurrección, dice que es deseable que el narrador siga este estilo.
No se alargan las sílabas sino en más de un recitativo con el objeto de que pueda entenderse el texto.
Recomienda, así mismo, para el papel del Evangelista la voz de un tenor que cante las palabras de acuerdo al propio ritmo de las palabras.
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