
Carl María von Weber (1786-1826) hijo de un músico y una cantante, al ser sobrino político de Mozart, sus padres trataron de convertirlo en un niño prodigio.
Como era usual en la época, Weber fue alumno de Michael Haydn, hermano del compositor Franz Joseph Haydn.
Su primera ópera la compuso cuando tenía 14 años y a los 18 fue designado director del Teatro de Breslau. Debido a su juventud, la hostilidad se hizo presente entre los músicos del teatro y luego de dos años, Weber renunció a su cargo.

Los conciertos Nº 1 y Nº 2 para clarinete de Weber fueron encargados por el rey de Baviera después de una asombrosa ejecución que el virtuoso Heinrich Bärmann había hecho del “Concertino” en 1811.
Weber combinó de una manera extraordinaria, la vivacidad de la escuela francesa con una plenitud de tono germano, lo que le permitió mostrar en los conciertos para clarinete brillo y melancolía.
El movimiento “A la Polaca” es tranquilo, lleno de gracia aprovechando así con virtuosismo la tonalidad impuesta.
La variedad de tonos utilizados en ambos conciertos para clarinete de Carl María von Weber, sirvió sin duda de ejemplo para Johannes Brahms, quien escogió las mismas tonalidades para sus dos sonatas opus 120
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